Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos religiosos siguieron a Pablo y a Bernabé; los cuales, hablando con ellos, los exhortaban a que permaneciesen firmes en la gracia de Dios.
confirmando las almas de los discípulos, y exhortándolos a que permaneciesen firmes en la fe, y enseñándoles que es necesario que por medio de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
Habiendo pues recibido la ayuda que es de Dios, quedo firme hasta este día, testificando a pequeños y también a grandes, sin decir cosa alguna fuera de las que los Profetas y Moisés dijeron que habían de suceder;
Mira pues la bondad y la severidad de Dios: para con los que cayeron, severidad; mas para contigo, la bondad de Dios, si tú permanecieres en esa bondad; de otra manera tú también serás cortado.
si en verdad permaneciereis en la fe, cimentados y estables, y no os dejáis mover de la esperanza del evangelio que habéis oído, y que ha sido predicado a toda criatura debajo del cielo; del cual yo Pablo he sido constituído ministro.
no según el pacto que hice con sus padres, en el día que los tomé de la mano, para sacarlos de la tierra de Egipto: pues ellos no permanecieron en mi pacto, y yo los traté con desprecio, dice el Señor.
Empero el que escudriña cuidadosamente la ley perfecta, la ley de libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste tal será bendecido en lo que hace.
De entre nosotros salieron, mas no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, hubieran permanecido con nosotros; empero salieron, para poner de manifiesto que no todos son de nosotros.
En cuanto a vosotros, permanezca en vosotros lo que habéis oído desde el principio. Si permaneciere en vosotros lo que desde el principio habéis oído, vosotros también permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
Todo aquel que pasa adelante, y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios: el que permanece en la enseñanza, éste tal tiene al Padre y también al Hijo.
Si vosotros temiereis a Jehová, y le sirviereis, y escuchareis su voz, y no os rebelareis contra el mandamiento de Jehová, y permaneciereis, así vosotros como el rey que reina sobre vosotros, siguiendo en pos de Jehová vuestro Dios, bien: