Sin embargo, los hombres justos las juzgarán con el juicio de adúlteras, y con el juicio de mujeres que derraman sangre; porque adúlteras son, y hay sangre en sus manos.
Y ellos, cuando oyeron esto, salieron uno por uno, comenzando desde los mayores, hasta los postreros. Y Jesús fué dejado solo, y la mujer que se estaba de pie en medio.