¶Y el mensajero que había ido a llamar a Micaya, le habló, diciendo: He aquí que los dichos de los profetas con una sola boca anuncian un buen suceso al rey; ruégote pues que sea tu dicho como el dicho de uno de ellos, y que hables lo que es bueno.
y le dice: Si Hijo eres de Dios, échate de aquí abajo; porque está escrito: A sus ángeles dará encargo acerca de ti; y sobre sus manos te elevarán, para que no tropieces con tu pie en alguna piedra.
¶Y cuando ayunéis, no seáis como los hipócritas, de rostro austero; porque ellos demudan su rostro, de modo que sean vistos por los hombres ayunando. En verdad os digo: Ya tienen su galardón.
¶Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque ellos aman estar en pie orando en las sinagogas, y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad os digo: Ya tienen su galardón.
El hombre bueno del buen tesoro de su corazón, saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón, saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Jesús le respondió: Yo he hablado abiertamente al mundo; enseñaba siempre en las sinagogas y en el Templo, donde concurren todos los judíos; y nada he hablado en secreto.