Y se leyó en el Libro de la Ley de Dios de día en día, desde el día primero hasta el día postrero. Y así celebraron la fiesta por siete días; y al octavo día fué la asamblea más solemne, conforme al reglamento.
¡OH Dios, Dios mío eres tú! ¡de madrugada te buscaré! ¡mi alma tiene sed de ti; mi carne suspira por ti, en tierra seca y sedienta, donde no hay aguas;
¡HE venido a mi jardín, hermana mía, esposa mía; he cogido mi mirra con mi bálsamo; he comido mi panal con mi miel; he bebido mi vino con mi leche! ¡Comed, oh amigos, bebed, sí, bebed con largueza, mis bien amados!
¡Hablad al corazón de Jerusalem, y decidle a voces que se ha cumplido su milicia, que ha sido perdonada su iniquidad! porque ha recibido de la mano de Jehová el doble por todos sus pecados.
porque derramaré aguas sobre la tierra sedienta, y corrientes sobre el sequedal: derramaré mi Espíritu sobre tu linaje, y mi bendición sobre tu descendencia;
¡TODOS los sedientos, venid a las aguas! aquel también que no tiene dinero; ¡venid, comprad y comed! ¡sí, venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche!
¡Inclinad vuestro oído, y venid a mí! ¡escuchad, y vivirá vuestra alma! y yo haré con vosotros un pacto eterno, las misericordias segurísimas prometidas a David.
¡Oh Jehová, fuerza mía y mi fortaleza, mi refugio también en el día de adversidad! a ti vendrán las naciones desde los extremos de la tierra, y te dirán: Ciertamente nuestros padres no heredaron más que mentiras, vanidad y cosas en que no hay provecho.
Anda y clama a oídos de Jerusalem, diciendo: Así dice Jehová: Acuérdome a tu favor, de la ternura de tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando me seguiste por el desierto, en una tierra que no se sembraba.
Y sucederá que a dondequiera que vayan los dos ríos, vivirá toda suerte de alma viviente enjambradora; de modo que habrá una inmensa muchedumbre de peces: porque llegan allí aquellas aguas, y las del mar serán sanadas; pues que toda suerte de animal vivirá dondequiera que llegare el río.
Siete días presentaréis ofrendas encendidas a Jehová: y en el día octavo tendréis otra convocación santa a Jehová, y presentaréis ofrendas encendidas a Jehová: la asamblea más solemne es; ningún trabajo servil habréis de hacer.
¶Ciertamente el día quince de este mes séptimo, cuando hubiereis recogido el producto de la tierra, celebraréis a Jehová fiesta que dure siete días. En el primer día habrá descanso solemne, y en el día octavo, otro descanso solemne.
Jehová de los Ejércitos será escudo por encima de ellos; y devorarán a sus contrarios, y hollarán con desprecio las piedras de la honda; beberán también, y harán alboroto, como a causa de vino; y estarán llenos como tazones, y como los ángulos del altar.
Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, diciendo: Voz de uno que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; haced derechas sus sendas.
Jesús respondió y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le habrías pedido a él, y él te hubiera dado agua viva.
mas el que bebiere del agua que yo le daré, nunca jamás tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua, que brote para vida eterna.
Jesús entonces clamó en el Templo, mientras enseñaba, diciendo: A mí me conocéis, y sabéis también de donde soy; y yo no he venido de mí mismo: mas el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis:
Y de la misma manera tomó la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto, cuantas veces la bebiéreis, en memoria de mí.
Porque por un mismo Espíritu todos nosotros fuimos bautizados, para ser constituídos en un solo cuerpo, ora seamos judíos o griegos, ora seamos siervos o libres; y a todos se nos hizo beber de un mismo Espíritu.
Y díjome: ¡Hecho está! Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tuviere sed, le daré a beber de la fuente del agua de la vida, de balde.