Mas él, saliendo, comenzó a publicarlo mucho, y a divulgar la noticia; de manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en la ciudad, sino que estaba fuera en los lugares desiertos. Y venían a él de todas partes.
Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabbí, sabemos que eres un maestro venido de Dios; porque nadie puede hacer estos milagros que tú haces, a menos que Dios esté con él.
¶Al día siguiente, la gente que estaba de la otra parte del mar, viendo que no había allí más que una sola barquichuela, y conociendo que entró en la barca con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían ido solos;
Respondióles Jesús y dijo: En verdad, en verdad os digo: Me buscáis, no porque visteis los milagros, sino porque comisteis de los panes, y os saciasteis.