Si yo solo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
Alábete otro, y no tu misma boca, el extraño, y no tus mismos labios.
Jesús respondió: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria es nada; es mi Padre el que me glorifica; el mismo que decís que es vuestro Dios.
¶Y al ángel de la iglesia que está en Laodicea, escribe: Estas cosas dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios: