Mas él, saliendo, comenzó a publicarlo mucho, y a divulgar la noticia; de manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en la ciudad, sino que estaba fuera en los lugares desiertos. Y venían a él de todas partes.
A causa de esto los judíos procuraban con mayor empeño matarle; porque no solamente quebrantaba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.