Porque Jesús mismo dió testimonio que el profeta no tiene honra en su propia patria.
Mas Jesús les dijo: El profeta no está sin honra, sino en su tierra, y en su casa.
Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
Y les dijo: En verdad os digo, que ningún profeta es acepto en su misma patria.