Entonces me dijo: ¡Profetiza al aliento! ¡profetiza, oh hijo del hombre! y di al aliento: Así dice Jehová el Señor: ¡Ven de los cuatro vientos, oh Aliento, y sopla sobre estos muertos para que vivan!
Y habiendo ellos orado, fué sacudido el lugar donde estaban congregados; y fueron todos llenos del Espíritu Santo; y hablaron la palabra de Dios con denuedo.
¿Pues quién de los hombres conoce las cosas de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? así también las cosas de Dios nadie las conoce, sino el Espíritu de Dios.