Efraim dirá: ¿Qué tengo yo ya que ver con los ídolos? Yo le he respondido, y le observaré; le seré como abeto verde procedente de mí es hallado tu fruto.
Mas por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia que me fué dada, no fué en vano; antes bien he trabajado más abundantemente que todos ellos; mas no yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo.
¶Porque nuestro regocijo es esto: El testimonio de nuestra conciencia, que con santidad, y con sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, sino por la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mayormente para con vosotros.
os perfeccione en toda obra buena, para que hagáis su voluntad obrando en vosotros lo que sea acepto delante de él, por medio de Jesucristo a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Habiendo purificado vuestras almas, en virtud de vuestra obediencia a la verdad, para amor no fingido de los hermanos, amaos los unos a los otros fervientemente, con sencillo corazón;