Viene entonces Jesús, y toma el pan, y se lo da, y asimismo del pescado.
Diceles Jesús: Traed de los peces que habéis cogido ahora.
Luego que saltaron a tierra, vieron allí un fuego de carbón, y un pescado puesto encima, y pan.
Tomó entonces Jesús los panes, y habiendo dado gracias, repartió a los que estaban recostados: y asimismo les dió de los pececillos, cuanto querían.
Aquí está un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos: pero éstos ¿qué son entre tantos?
no a todo el pueblo, sino a testigos que habían sido antes escogidos de Dios; es decir a nosotros, que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos.