Entonces partieron los discípulos otra vez a casa.
Mas Pedro se levantó y corrió al sepulcro; e inclinándose, vió los lienzos puestos aparte: y se fué a casa, maravillándose de lo que había acontecido.
He aquí que viene la hora, y ya ha llegado, en que seréis dispersados, e iréis cada cual a lo suyo propio, y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
¶María empero se estaba de pie afuera, junto al sepulcro, llorando. Estando pues así llorando, inclinóse a mirar dentro del sepulcro;
[Y ellos se fueron cada cual a su casa;