Y cuando padecía hambre toda la tierra de Egipto, clamó el pueblo a Faraón por pan; y dijo Faraón a todos los Egipcios: Id a José; todo lo que él os dijere, hacedlo.
Y lo hice así, como fuí mandado; mis trastos saqué de día, trastos de los que se van en cautiverio: y por la tarde me abrí paso por entre la pared con mi misma mano; y de noche saqué lo que pude sobre el hombro, alzándolo ante su vista.
Y él, temblando y atónito, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo:] Levántate, y entra en la ciudad, y allí te será dicho lo que debas hacer.
De todo lo que produce la vinosa vid, no debe ella comer, ni tampoco ha de beber vino ni licor fermentado; y ninguna cosa inmunda ha de comer: todo cuanto yo le mandé, debe ella guardarlo.