Este título, pues, leyeron muchos de los judíos; porque el lugar donde fué crucificado Jesus estaba cerca de la ciudad; y estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.
Y habiéndoselo permitido el tribuno, Pablo, estando sobre las gradas, hizo señal con su mano al pueblo: y, cuando fué hecho un gran silencio, les habló en lengua hebrea, diciendo:
Y habiendo todos nosotros caído en tierra, oí una voz que me decía en lengua hebrea: ¡Saulo! ¡Saulo! ¿por qué me persigues? ¡dura cosa te es dar coces contra el aguijón!