luego entraron dos hombres, hijos de Belial, los cuales se sentaron enfrente de él; y testificaron aquellos hombres de Belial contra Nabot, delante del pueblo, diciendo: ¡Nabot ha renegado de Dios y del rey! y sacándole fuera de la ciudad, le apedrearon de modo que murió.
Jesús entonces, mirándole, le amó; y le dijo: Una cosa te falta: Vé, vende cuanto tienes, y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
¶Y como le conducían al suplicio, echaron mano de cierto Simón natural de Cirene, que venía del campo; y cargaron sobre él la cruz, para que la llevase en pos de Jesús.