Cuando, pues, les hubo dicho: Yo soy; retrocedieron, y cayeron a tierra.
Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sión.
Cuando se acercaron contra mí los malhechores, mis adversarios y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos mismos tropezaron y cayeron.
¡Sean avergonzados y abochornados a una los que buscan mi alma para destruirla! ¡sean vueltos atrás y queden llenos de confusión los que mi mal desean!
Respondiéronle: ¡A Jesús el Nazareno! Jesús les dijo: Yo soy. Y Judas también, el que le entregaba, estaba con ellos.
Por eso les preguntó otra vez: ¿A quién buscáis? Y le dijeron: ¡A Jesús el Nazareno!