Si alguno no permaneciere en mí, será echado fuera como un sarmiento, y se secará; y a los tales los recogerán, y los echarán en el fuego, y serán quemados.
¡mas tú, arrojado estás fuera de tu sepulcro, como un retoño despreciado; cubierto de muertos traspasados a espada, que descienden a las piedras del hoyo; como un cadáver pisoteado!
Pero la ciudad inexpugnable está solitaria; morada desechada y abandonada, como el desierto: allí pastará el becerro, y allí se acostará, y consumirá los sarmientos de su vid.
Diles: Así dice Jehová el Señor: ¿Acaso prosperará? ¿No arrancará sus raíces la primera águila, y cortará su fruto, para que se seque? Todas sus hojas lozanas se secarán; y eso sin gran poder ni mucha gente, que sea necesario para arrancarla por sus raíces.
Porque si después que se hayan escapado de las contaminaciones del mundo, por medio del conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, dejándose enredar otra vez en ellas, son vencidos, se les hace peor el estado postrero que el primero.
De entre nosotros salieron, mas no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, hubieran permanecido con nosotros; empero salieron, para poner de manifiesto que no todos son de nosotros.
Mas en cuanto a los cobardes, y los incrédulos, y los abominables, y los homicidas, y los fornicarios, y los hechiceros, y los idólatras, y todos los mentirosos, su parte será en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda.