Dícele Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano, Santiago hijo de Alfeo, y Tadeo;
Mas él, respondiendo, les dice: ¡Oh generación incrédula! ¿hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿hasta cuándo os tengo que sufrir? Traédmele.
Entonces él les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia, y tardos de corazón para creer todo cuanto han hablado los profetas!
Tomás, pues, el que se llamaba Dídimo, dijo a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos juntamente con él.
Y a dónde voy, lo sabéis, y sabéis el camino.
Éste es mi mandamiento, que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado.
Ahora empero me voy a Aquel que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?