Viene pues a Simón Pedro. Pedro le dice: Señor, ¿tú me lavas a mí los pies?
Simón Pedro, pues, viendo esto, cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador!
el mismo que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de su zapato.
Después echó agua en un lebrillo, y empezó a lavar los pies de los discípulos, y limpiólos con la toalla de qué estaba ceñido.
Respondió Jesús y le dijo: Lo que hago tú no lo sabes ahora; mas lo entenderás después.