Sus pies corren hacia el mal, y se apresuran a derramar la sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; desolación y destrucción están en sus caminos.
Mientras todos los días yo estaba con vosotros en el Templo, no extendisteis las manos contra mí: ésta empero es la hora vuestra, y la potestad de las tinieblas.