les dijo: Quien recibiere a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibiere a mí, recibe al que me envió. Porque aquel que es el menor entre todos vosotros, ése es grande.
y lo que era para vosotros una prueba en mi carne, no lo despreciasteis, ni rechazasteis; sino que me recibisteis como un ángel de Dios, como Cristo Jesús mismo.