Juan 12:13

Biblia Version Moderna (1929)

tomaron ramos de palmas, y salieron a su encuentro, aclamando: ¡Hosanna! ¡Bendito el rey de Israel, que viene en el nombre del Señor!

Referencias Cruzadas

Isaías 44:6

Así dice Jehová, el rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los Ejércitos: Yo soy el Primero y yo el Último; y fuera de mí no hay Dios.

Oseas 3:5

Después de esto volverán los hijos  de Israel, y buscarán a Jehová su Dios y a David su rey; y acudirán temblorosos a Jehová y a su benevolencia en los postreros días.

Levítico 23:40

Y tomaréis para vosotros en el día primero frutas de árboles hermosos, ramos de palmas, y ramos de árboles frondosos, y sauces de los arroyos; y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por espacio de siete días.

Sofonías 3:15

¡Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera a tu enemigo! ¡El rey de Israel, Jehová, está en medio de ti; no tienes que temer jamás mal alguno!

Mateo 23:39

Pues yo os digo, que no me veréis en adelante, hasta que digáis:  ¡Bendito aquel que viene en el nombre del Señor!

Mateo 27:42

A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.  Si es el rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.

Juan 1:49

Natanael le respondió: ¡Rabbí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel!

Juan 12:14

Y Jesús, habiendo hallado un asnillo, se sentó en él, según está escrito:

Juan 12:15

No temas, hija de Sión: he aquí que viene tu rey, sentado sobre un pollino de asna.

Juan 19:15

Mas ellos gritaron: ¡Quítale, quítale! ¡crucifícale! Pilato les dice: ¿A vuestro rey tengo de crucificar? Respondieron los jefes de los sacerdotes: ¡No tenemos más rey que César!

Apocalipsis 15:3

Y cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: ¡Grandes y maravillosas son tus obras, oh Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de los siglos!

Apocalipsis 19:16

Y en su vestidura y sobre su muslo tiene este nombre escrito: REY DE LOS REYES, Y SEÑOR DE LOS SEÑORES.

Apocalipsis 7:9

¶Después de esto, miré, y he aquí una grande muchedumbre, que nadie podía contar, de entre todas las naciones, y las tribus, y los pueblos, y las lenguas, que estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, revestidos de ropas blancas, y teniendo palmas en sus manos;