Dijéronle los discípulos: Rabbí, hace poco que procuraban los judíos apedrearte! ¿y vas allá otra vez?
las salutaciones en las plazas, y ser llamados por los hombres, Rabbí.
Mas no seáis vosotros llamados Rabbí; porque uno solo es vuestro Maestro, el Cristo; y vosotros todos sois hermanos.
Los judíos alzaron piedras otra vez para apedrearle.
¶Por tanto procuraban otra vez prenderle: pero se salió de sus manos;
y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas de su hermano.
En el entretanto le rogaban los discípulos, diciendo: Rabbí, come.
Por tanto alzaron piedras para arrojárselas; mas ocultóse Jesús, y salió del Templo, yendo por en medio de ellos, y así pasó adelante.
Pero ninguna de estas cosas me mueve, ni tengo a mi misma vida por cosa que me sea cara, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para testificar el evangelio de la gracia de Dios.