¶En aquel tiempo, Jesús respondiendo, dijo: ¡Gracias te doy, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños!
Y habiendo éste comprado un lienzo, bajóle de la cruz, y le envolvió en el lienzo, y le puso en un sepulcro que había sido labrado a pico en una peña; y rodó una piedra a la puerta del sepulcro.
¶En aquella misma hora, Jesús regocijóse sobre manera en el Espíritu Santo, y dijo: ¡Gracias te doy, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños! ¡Sí, Padre, gracias te doy; porque así pareció bueno a tu vista!
Mas el publicano, estando en pie allá lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo; sino que se daba golpes de pecho, diciendo: ¡Dios, ten misericordia de mí, pecador!
ESTAS cosas habló Jesús; y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha venido; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique a ti;
No os afanéis por cosa alguna, sino que, en todas las circunstancias, por medio de la oración y la plegaria, con acciones de gracias, dense a conocer vuestras peticiones a Dios: