Y el pueblo estaba de pie mirando: y los magistrados también, juntamente con ellos, se mofaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo de Dios, su escogido.
Así pues María, cuando llegó a donde Jesús estaba, al verle, cayó a sus pies, diciéndole: ¡Señor, si hubieras estado aquí no hubiera muerto mi hermano!