¶Y cuando hubo dicho esto, se fué, y llamó a María su hermana secretamente, diciendo: El Maestro está aquí, y te llama.
En aquel día, dice Jehová de los Ejércitos, vosotros convidaréis cada cual a su compañero, sentados debajo de su parra, y debajo de su higuera.
Y él dijo: Id a la ciudad, a tal hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos.
Y parándose Jesús, dijo: Llamadle. Llaman, pues, al ciego, diciéndole: Ten ánimo; levántate, que te llama.
Y donde entrare, decid al dueño de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento en que he de comer la pascua con mis discípulos?
y diréis al dueño de la casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento en que he de comer la pascua con mis discípulos?
Éste halló primero á su propio hermano Simón, y le dice: Hemos hallado al Mesías (que traducido quiere decir el Cristo),
Felipe halla a Natanael, y le dice: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, y los Profetas, a Jesús de Nazaret, hijo de José.
A éste le abre el portero; y las ovejas oyen su voz: y él llama a sus propias ovejas por nombre, y las saca fuera.
Entonces Marta, luego que oyó que Jesús venía, fué a su encuentro: pero María permanecía sentada en casa.
Ella, luego que lo oyó decir, levantóse prestamente, y fué a él.
(Jesús empero no había llegado aún a la aldea, sino que estaba en aquel lugar donde Marta había salido a encontrarle.)
Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien; porque lo soy.
Le dice Jesús: ¡María! Volviéndose ella, le dice en hebreo: ¡Rabboni! que quiere decir: Maestro.
Dice entonces a Pedro aquel discípulo a quien amaba Jesús: ¡Es el Señor! Por tanto Pedro, al oír que era el Señor, ciñóse su túnica de pescador (porque estaba desnudo), y echóse al mar.
Por lo cual exhortaos los unos a los otros, y edificaos los unos a los otros, así como también lo hacéis.
¶Por lo cual, alzad las manos que están caídas, y fortaleced las rodillas que titubean;