Nuestros padres no entendieron tus maravillas en Egipto; no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, sino rebeláronse junto al mar, el mar Rojo.
Además, los perros son comilones, no conocen la hartura; también los mismos pastores nada saben de inteligencia, todos ellos se apartan por su propio camino; cada cual va tras su ganancia, sin excepción alguna.
Muchos serán purificados y emblanquecidos y acrisolados; pero los malos seguirán haciendo maldades; y no entenderá ninguno de los malhechores; mas los sabios entenderán.
¶Estas cosas os he hablado en parábolas: empero la hora viene en que no hablaré más en parábolas, sino que os manifestaré abiertamente las cosas de mi Padre.
Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque le son insensatez; ni las puede conocer, por cuanto se disciernen espiritualmente.
Empero les ha sucedido aquello del refrán verdadero: ¡Volvióse otra vez el perro a su vómito, y la puerca que había sido lavada, volvió a revolcarse en el cieno!
Sabemos empero que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento, para que conozcamos a aquel que es verdadero; y nosotros estamos en el que es verdadero, es decir, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios y la vida eterna.