¶Entonces acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo vacilaréis entre dos opiniones? si Jehová es Dios, seguidle; mas si lo es Baal, entonces seguidle a él. Mas el pueblo no le respondió palabra.
Porque así como los nuevos cielos y la nueva tierra que voy a hacer, permanecerán delante de mí, dice Jehová, así también permanecerá vuestro linaje y vuestro nombre.
Todavía hablaba él, cuando, he aquí, una nube de luz que les cubrió; y he aquí una voz salía de la nube que decía: ¡Éste es mi amado Hijo, en quien tengo mi complacencia! ¡oídle a él!
Jesús entonces, mirándole, le amó; y le dijo: Una cosa te falta: Vé, vende cuanto tienes, y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Mas ahora, ya que habéis conocido a Dios, o mas bien habéis sido conocidos por Dios, ¿cómo tornáis atrás a aquellos débiles y desvirtuados rudimentos, a que deseáis estar otra vez en servidumbre?
¶Sin embargo el fundamento de Dios se mantiene firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de la iniquidad todo aquel que nombra el nombre de Cristo.
Éstos son los que no fueron amancillados con mujeres; porque son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero por doquiera que vaya. Éstos fueron rescatados de entre los hombres, como primicias para Dios y para el Cordero.