Jesús vió a Natanael que venía hacia él, y dijo de él: He aquí verdaderamente un israelita, en quien no hay engaño.
¡Bienaventurado el hombre a quien Jehová no atribuye la iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño!
CIERTAMENTE Dios es bueno para con Israel, para con los puros de corazón.
y no necesitaba que nadie le diera testimonio acerca del hombre; porque sabía él mismo lo que había en el hombre.
Dícele Jesús: Anda, llama a tu marido, y ven acá.
¶Dijo pues Jesús a aquellos judíos que le habían creído: Si permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
Ellos respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Les dijo Jesús: Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
los cuales son israelitas, de quienes son la adopción, y la gloria, y los pactos, y la promulgación de la ley, y el culto verdadero, y las promesas;
¶Mas no es como si hubiese faltado la palabra de Dios; porque no todos son Israel, que son de Israel;
Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, los cuales adoramos a Dios en espíritu, y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos confianza alguna en la carne.
POR lo cual, poniendo aparte toda malicia, y todo engaño, e hipocresías, y envidias, y toda suerte de maledicencias,
el cual no hizo pecado, ni fué hallado engaño en su boca;
Y en su boca no fué hallada mentira; están sin mancha.