A causa de esto los judíos procuraban con mayor empeño matarle; porque no solamente quebrantaba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
Los judíos, pues, le dijeron: Ahora sabemos que tienes demonio. Abraham es muerto, y los profetas; y tú dices: Si alguno guardare mi palabra, no probará jamás la muerte.
Y como Juan cumpliese su carrera, dijo: ¿Quién suponéis que soy yo? No soy aquel que pensáis; mas he aquí que viene otro después de mí de quien yo no soy digno de desatar el calzado de sus pies.
Y dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que había de venir después de él, es decir, en Jesús.
¶En cuanto a la plaga de la lepra, pon cuidado en guardar escrupulosamente todo lo que te enseñaren los sacerdotes levitas, y en obrar conforme a ello: según yo les he mandado, así cuidarás de hacer.