Juan dió testimonio de él, y clamó, diciendo: Éste es aquel de quien yo decía: El que viene después de mí, se me ha adelantado; porque era antes que yo.
Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro; y se le darán por nombres suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz.
Mas tú, Bet-lehem Efrata, demasiado pequeña para estar entre los miles de Judá, de ti saldrá para mí aquel que ha de ser Caudillo en Israel, cuya procedencia es de antiguo tiempo, desde los días de la eternidad.
Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento; mas el que viene después de mí, más poderoso es que yo, cuyos zapatos no soy digno de llevarle: él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Juan respondió a todos, diciendo: Yo en verdad os bautizo con agua; viene empero aquel que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de sus zapatos: él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego:
que decía: Lo que tú ves, escríbelo en un libro, y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, y a Esmirna, y a Pérgamo y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia y a Laodicea.