Yo dije empero: ¿Cómo te he de poner entre los hijos míos, y darte la tierra deliciosa, la más hermosa herencia de todas las naciones? Y yo mismo respondí: Tú me llamarás: Padre mío; y ya no te volverás de seguir en pos de mí.
¶Sin embargo de esto, el número de los hijos de Israel será como las arenas del mar, que no pueden ser medidas ni contadas: y acontecerá que en el lugar donde les fué dicho: No sois mi pueblo, les será dicho: ¡Hijos sois del Dios vivo!
Y por medio de la fe en su nombre, a éste, a quien vosotros veis y conocéis, su nombre le ha fortalecido; y la fe que es por medio de él le ha dado esta perfecta sanidad en presencia de todos vosotros.
a causa de las cuales cosas también nos han sido dadas sus preciosas y grandísimas promesas; para que por medio de éstas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que está en el mundo a causa de la concupiscencia;
¡MIRAD, qué manera de amor nos ha dado el Padre, para que seamos nosotros llamados hijos de Dios! y así en efecto lo somos. Por eso el mundo no nos conoce a nosotros, por cuanto a él no le conoció.
Amados míos, ahora somos hijos de Dios; y todavía no ha sido manifestado lo que hemos de ser; sabemos empero, que cuando él fuere manifestado, nosotros seremos semejantes a él, porque le veremos tal como es.