ME pondré, dije, sobre mi atalaya, me colocaré sobre la fortaleza, y estaré mirando para ver qué me dirá Dios, y lo que yo he de responder tocante a mi queja.
Y dijo Josué: ¡Ay, Señor, Jehová! ¿por qué has hecho que pase este pueblo el Jordán, para entregarnos en mano de los Amorreos, para destruirnos? y ¡ojalá hubiéramos sido contentos en quedarnos de la otra parte del Jordán!
Porque lo oirán los Cananeos, y todos los demás habitantes del país, y nos cercarán en derredor, y cortarán nuestro nombre de sobre la tierra; entonces tú ¿qué harás por tu gran nombre?
Y vuelto que hubo el pueblo al real, decían los ancianos de Israel: ¿Por qué causa nos ha herido Jehová hoy delante de los Filisteos? Tráigasenos desde Silo el Arca del Pacto de Jehová, para que viniendo ésta en medio de nosotros, nos salve de mano de nuestros enemigos.