Por tanto sucederá que cuando Jehová tu Dios te diere descanso de todos tus enemigos en derredor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, para que la tengas en posesión, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo. No lo olvides.
Pues ví entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y una barra de oro, del peso de cincuenta siclos; y los codicié, y los tomé: y he aquí que están escondidos en la tierra en medio de mi tienda; y el dinero debajo del manto.