Dijo entonces Jehová a Josué: Hoy he hecho rodar de sobre vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual se ha llamado aquel lugar Gilgal hasta el día de hoy.
Ni tampoco dejó sus fornicaciones traídas de Egipto; porque allí en su mocedad se acostaron con ella, y estrujaron las tetas de su virginidad, y derramaron sobre ella su fornicación.
Aunque tú, oh Israel, cometas fornicación, no se haga culpable Judá: ni os lleguéis a Gilgal, ni subáis a Bet-aven; ni juréis como aquéllos, diciendo: ¡Vive Jehová!
¡Pueblo mío, acuérdate de lo que consultó hacer Balac rey de Moab, y de lo que le respondió Balaam hijo de Beor; de lo que aconteció desde Sitim hasta Gilgal: para que conozcáis las misericordías de Jehová!
Ahora pues temed a Jehová, y servidle a él con sinceridad y en verdad; y desechad a los dioses que sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto, y servid a Jehová.
Dijo pues Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos, quizá obrará Jehová juntamente con nosotros; porque para con Jehová no hay estorbo en salvar por muchos o por pocos.
¶Entonces habló David a los hombres que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué se ha de hacer al hombre que matare a aquel filisteo, y quitare este oprobio de Israel? porque ¿quién es este filisteo incircunciso para que afrente las huestes del Dios vivo?
Y de año en año daba la vuelta por Bet-el, y Gilgal, y Mizpa; y juzgaba a Israel en todos estos lugares; y su regreso era a Ramá, porque allí tenía su casa; allí también juzgaba a Israel: y edificó allí un altar a Jehová.