Entonces volviéndose con toda su comitiva al varón de Dios, entró, y se presentó delante de él, y dijo: He aquí, yo ya conozco que no hay Dios en toda la tierra sino sólo en Israel. Ahora pues acepta, te lo ruego, un regalo de parte de tu siervo.
La riqueza también y la honra de ti proceden, y tú lo gobiernas todo; y en tu mano está el poder y la fortaleza, y en tu mano está el hacer grande y el dar poder a todos.
Caerán sobre ellos terror y pavor; por la grandeza de tu brazo quedarán silenciosos como una piedra, hasta qué pase tu pueblo, oh Jehová, hasta que pase este pueblo que tú acabas de adquirir.
y haré con ellos un pacto eterno, que no me apartaré de ellos, dejando de hacerles bien, sino que pondré mi temor en su corazón, para que no se aparten de mí.
a fin de que temas, oh Israel, a Jehová tu Dios, de modo que guardes todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida; a fin de que se te prolonguen los días.
Hoy te entregará Jehová en mi mano, y te heriré, y quitaré tu cabeza de sobre ti; y daré los cadáveres del ejército de los Filisteos en este mismo día a las aves del cielo, y a las fieras de la tierra; para que sepa toda la tierra que hay Dios en Israel;