¡Tuya, oh Jehová, es la grandeza, y el poder, y la gloria, y la victoria, y la majestad; porque todo cuanto existe en el cielo y en la tierra tuyo es! ¡Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú te ensalzas como cabeza sobre todas las cosas!
En cuanto a mi pueblo, muchachos son sus opresores, y mujeres los rigen. ¡Oh pueblo mío, tus guías te hacen errar, y pervierten la carrera de tus sendas!
¿Quién no quisiera temerte a ti, oh Rey de las naciones? ¡porque a ti te corresponde el temor; ya que entre todos los sabios de las naciones, y en toda su dignidad real, ninguno hay comparable a ti!
¡Levántate y trilla, oh hija de Sión! porque haré tus cuernos como de hierro, y tus uñas las haré de bronce; y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová sus despojos, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
Jehová se mostrará terrible contra ellos, porque él es quien destruye todos los dioses de la tierra; y los hombres le adorarán a él cada cual desde su lugar, inclusas todas las islas de las naciones.
Sabe pues el día de hoy, que Jehová tu Dios es el que va a pasar delante de ti, cual fuego devorador; él los destruirá, y él los doblegará delante de ti, para que los puedas desposeer y exterminar en breve, según te ha prometido Jehová.
y sucederá que cuando las plantas de los pies de los sacerdotes portadores del Arca de Jehová, Señor de toda la tierra, descansaren en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán serán cortadas, es decir, las aguas que vienen bajando de arriba; y se elevarán en un montón.