Saqué pues a vuestros padres de Egipto, y llegasteis al mar; y siguieron los Egipcios al alcance de vuestros padres, con carros y con gente de a caballo, hasta el Mar Rojo.
Pues partiste el mar delante de ellos, y los hiciste pasar por en medio de la mar en seco; pero en cuanto a sus perseguidores, los arrojaste en los abismos, como una piedra que se hunde en las poderosas aguas.