¶Mirad, pues, por vosotros mismos, no sea que vuestros corazones sean entorpecidos con la glotonería, y la embriaguez, y los cuidados de esta vida, y así os sobrevenga de improviso aquel día,
por cuanto te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y guardando sus mandamientos y sus estatutos y sus leyes, para que vivas y te multipliques, y para que Jehová tu Dios te bendiga en la tierra adonde vas para poseerla.
Te encargo, oh Israel, que ames a Jehová tu Dios, que obedezcas su voz y que te adhieras a él, (porque él es tu vida y la longitud de tus días), a fin de que habites en la tierra que juró Jehová a tus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob, que les había de dar.
Esto empero, que te guardes a ti mismo, oh Israel, y que guardes tu alma mucho, no sea que te olvides del las cosas que han visto tus mismos ojos, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, hazlas saber a tus hijos, y a los hijos de tus hijos:
mirando solícitamente que ninguno quede privado de la gracia de Dios; que no brote ninguna raíz de amargura, y os perturbe; y por medio de ella muchos sean contaminados;
Solamente os encargo que os guardéis mucho a fin de cumplir el mandamiento y la ley que os ordenó Moisés, siervo de Jehová; amando a Jehová vuestro Dios, y andando en todos sus caminos, y guardando sus mandamientos, y adhiriéndoos a él, y sirviéndole de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma.
Porque si de cualquiera manera os apartareis, y os adhiriereis al resto de estas naciones, que quedan entre vosotros, y contrajereis matrimonios con ellas, y os llegareis a ellas y ellas a vosotros,