Entonces la línea daba la vuelta desde Baalá hacia el oeste, al monte Seir, y pasaba por el lado del monte Jearim (el cual es Kesalón), por el lado del norte, y bajaba a Bet-semes, y pasaba a Timna.
Las vacas entonces tomando la vía recta por el camino de Bet-semes, seguían un mismo camino, andando y mugiendo; mas sin apartarse a diestra ni a siniestra: y los príncipes de los Filisteos siguieron tras ellas hasta el confín de Bet-semes.
Y estaréis a la mira: si, por el camino de su propio territorio, subiere a Bet-semes, entonces él nos ha hecho este gran mal; mas sino, sabremos que no es su mano la que nos ha herido; es un acaso que nos ha sucedido.