Y cuando siguiere el vengador de la sangre tras él, no han de entregar al homicida en su mano; porque no a sabiendas mató a su prójimo, y no le odiaba antes.
Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno pecare por ignorancia contra cualquiera de los mandamientos de Jehová relativos a cosas que no deben hacerse, haciendo cualquiera de aquellas cosas;
Tendréis pues ciudades de refugio contra el vengador de la sangre, para que no muera el homicida antes que se presente delante de la Congregación para ser juzgado.
Y la Congregación librará al homicida involuntario de mano del vengador de la sangre, y la Congregación le hará volver a su ciudad de refugio, adonde haya huído; y habitará en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fué ungido con el aceite santo.