Los hombres pues siguieron en su alcance, camino del Jordán, hasta los vados del río: y luego que los que los perseguían hubieron salido, se cerraron las puertas.
diciendo: La prisión a la verdad hallamos cerrada con toda seguridad, y los guardas, de centinela ante las puertas; mas cuando abrimos, no hallamos dentro a nadie.
Y aconteció que cuando iban a cerrar la puerta, siendo ya obscuro, los hombres salieron; no sé a dónde se hayan ido aquellos hombres. Seguid prestamente en pos de ellos, que los alcanzaréis.
Y los Galaaditas se apoderaron de los pasos del Jordán delante de Efraim; y fué así que cuando decían los fugitivos de Efraim: Quiero pasar; le preguntaban los hombres de Galaad: ¿Eres tú efrateo? y respondiendo él: No;
Y les dijo: ¡Seguidme, que Jehová ha entregado a vuestros enemigos, los Moabitas, en vuestra mano! En efecto, descendieron en pos de él, y tomaron los vados del Jordán delante de Moab, y no permitieron que hombre alguno pasase.