Y respondió: Dame una bendición; ya que me has dado tierra de sequedal, dame también manantiales de agua. Y él le dió los manantiales de arriba, y los manantiales de abajo.
Lo tuve por necesario, pues, rogar a los hermanos se adelantasen en ir a vosotros, y preparasen de antemano vuestra dádiva ya prometida; para que esté lista, como dádiva, y no como cosa arrancada a la avaricia.
Y esta es la bendición de Judá; y dijo: ¡Oiga Jehová la voz de Judá, y hazle venir a su pueblo; basten para él sus mismas manos, y sé tú su auxilio contra sus adversarios!
Y aconteció que como ya se iba con él, ella le incitó a que pidiese a su padre un campo; y ella misma se apeó del asno. Por lo cual le dijo Caleb: ¿Qué tienes?