En esto, Isbi-benob, que era de los hijos del gigante Rafá, el peso de cuya lanza fué trescientos siclos de bronce, y que se había ceñido una espada nueva, se propuso matar a David.
También vimos allí a los gigantes, hijos de Anac, de la raza de los gigantes: y éramos nosotros a nuestros propios ojos como langostas; y así también éramos a los ojos de ellos.
un pueblo grande y de alta talla, los hijos de los Anaceos, que tú conoces, y de quienes has oído decir: ¿Quién puede quedar en pie delante de los hijos de Anac?
¶Y en aquel mismo tiempo vino Josué y exterminó a los Anaceos, de la Serranía, de Hebrón, de Debir, de Anab, y de toda la serranía de Judá y de toda la serranía de Israel; Josué los destruyó completamente, juntamente con sus ciudades.
Judá marchó también contra el Cananeo que habitaba en Hebrón, (el nombre de Hebrón antes había sido Kiryat-arba), e hirió a Sesai, y a Ahimán, y a Talmai.