EMPERO como hubiese ya visto Balaam que era del agrado de Jehová bendecir a Israel, no se fué, como las otras veces, a buscar maleficios, sino que fijó su rostro, mirando hacia el desierto.
Mataron también a los reyes de Madián, a más de los hombres suyos que mataron; a saber, Evi, y Requem, y Zur, y Hur, y Reba, cinco reyes de Madián: a Balaam también, hijo de Beor, le pasaron a cuchillo.
Y el Jordán, con su territorio adyacente, era el término occidental de los hijos de Rubén. Tal fué la herencia de los hijos de Rubén, según sus parentelas; las ciudades con sus aldeas.
¡Ay de ellos! porque andan en el camino de Caín, y se lanzan inconsideradamente tras el error de Balaam, con esperanza de una sórdida recompensa, y perecen en la contradicción de Coré.
Y fué tomada la bestia, y con ella el falso profeta que había hecho prodigios en su presencia, con los cuales él había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y los que adoraban su imagen. Éstos dos fueron echados vivos en el lago de fuego que arde con azufre.
Esto no obstante, yo tengo algunas pocas cosas contra ti, por cuanto tienes allí a los que sostienen la enseñanza de Balaam, el cual enseñó a Balac a poner tropiezo delante de los hijos de Israel, incitándolos a comer de lo que se ofrece en sacrificio a los ídolos, y a cometer fornicación.