desde el monte Halac, que sube hacia Seir, y hasta Baal-gad, en el Valle del Líbano, al pie del monte Hermón: tomó también a todos sus reyes, y los hirió y mató.
volveos, y alzad el campamento, y marchad a la serranía de los Amorreos y a todos los lugares vecinos, situados en el Arabá, en la Serranía, en la Sefela, en el Mediodía, y en la ribera del mar, tierra del Cananeo; y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.
VOLVIMOS entonces el rostro, y emprendimos marcha para el desierto, camino del Mar Rojo, como me había mandado Jehová. Y dimos la vuelta a la serranía de Seir muchos días.
Y dijo: Jehová vino de Sinaí, y desde Seir levantóse como el sol para ellos: resplandeció desde el monte Parán, y vino de en medio de diez millares de santos ángeles: a su diestra traía una ley de fuego para ellos.
Entregará también sus reyes en tu mano, y destruirás su nombre de debajo de los cielos: no podrá parar hombre alguno delante de ti, hasta que los hayas destruído.
Desde el desierto y este Líbano hasta el río grande, el río Eufrates, toda la tierra de los Heteos, y hasta el Mar Grande, donde se pone el sol, serán vuestros términos.
al Cananeo, así del este como del oeste, y al Amorreo, y al Heteo, y al Perezeo, y al Jebuseo que habitaba en la Serranía, y al Heveo, al pie del Hermón, en la tierra de Mizpa.