Por lo cual Adoni-zedec rey de Jerusalem envió a Horam rey de Hebrón, y a Piream rey de Jarmut, y a Jafía rey de Laquís, y a Debir rey de Eglón, diciendo:
Y la tomaron en aquel día, y la hirieron a filo de espada; y a todas las almas que había en ella las destruyó completamente en ese mismo día, conforme a todo lo que había hecho con Laquís.