Dijo entonces tu sierva: Ruégote que la respuesta de mi señor el rey sea tranquilizadora; puesto que como un ángel de Dios, así es mi señor el rey para entenderse en lo bueno y lo malo. ¡Y Jehová tu Dios sea contigo!
¶En fin, dijo David a Salomón su hijo: ¡Ten confianza y buen ánimo; y manos a la obra! no temas, ni desmayes, porque el Dios Jehová, Dios mío, es contigo; no te dejará, ni te desamparará, hasta que se acabe toda la obra para el servicio de la Casa de Jehová.
Y las multitudes que iban delante, y las que seguían detrás, le aclamaban, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
¶Y Josué, hijo de Nun, fué lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él: y le obedecieron los hijos de Israel, e hicieron como Jehová había mandado a Moisés.
Todo aquel que se rebelare contra tus órdenes, y no oyere tus palabras, conforme a todo lo que tú le mandares, que muera; con tal que tengas fortaleza y buen ánimo.
¶En aquel día Jehová engrandeció a Josué a los ojos de todo Israel, de manera que le temieron a él, como habían temido a Moisés, todos los días de su vida.
Dijo además David: ¡Jehová que me libró de las garras del león, y de las garras del oso, él también me librará de la mano de ese filisteo! Dijo pues Saúl a David: ¡Anda, y Jehová sea contigo!
¡así haga Jehová a Jonatán, y más aún! Al contrario, si mi padre tuviere a bien traer el mal sobre ti, entonces te lo descubriré, y te enviaré, para que vayas en paz. ¡Y sea Jehová contigo, como ha sido con mi padre!