Y vino uno que escapó, y avisó a Abram el Hebreo, el cual habitaba en el encinar de Mamré amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, que eran aliados de Abram.
Jehová, el Dios del cielo, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, y que me habló y me juró, diciendo: A tu simiente daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, de modo que puedas tomar de allí mujer para mi hijo.
que llamó a los hombres de su casa y les dijo: Ya veis que nos ha traído un hebreo para que se riese de nosotros: vino a mí para acostarse conmigo, y yo clamé a grandes voces;
Así dice Ciro rey de Persia: Todos los reinos de la tierra me los ha dado Jehová, el Dios del cielo; y él me ha encargado que le edifique Casa en Jerusalem, que está en Judá.
Y de esta manera nos volvieron a dar respuesta, diciendo: Nosotros somos los siervos del Dios del cielo y de la tierra; y reedificamos la Casa que fué edificada estos muchos años antes de ahora, la cual un gran rey de Israel edificó y acabó.
Tú eres Jehová, tú solo; tú has hecho el cielo, y el cielo de los cielos, con todo su ejército, la tierra con todo cuanto en ella existe; los mares con todo lo que hay en ellos; y tú sostienes en vida a todos ellos; y el ejército del cielo te adora.
¶Empero en los días de aquellos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que nunca jamás será destruído, y el reino no será dejado a otro pueblo, sino que desmenuzará y acabará con todos aquellos reinos, en tanto que él mismo permanecerá para todos lossiglos;
Después de esto volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios y a David su rey; y acudirán temblorosos a Jehová y a su benevolencia en los postreros días.
¡Señores! ¿por qué hacéis esto? ¡Nosotros también somos hombres como vosotros, sujetos a enfermedad, y os predicamos el evangelio, para que de estas vanidades os volváis al Dios vivo, que hizo el cielo, y la tierra, y el mar, y cuanto hay en ellos!
Y en aquella hora sucedió un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad, y fueron muertas en el terremoto siete mil personas; y los demás fueron atemorizados, y dieron gloria al Dios del cielo.
¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? porque tú solo eres santo: porque todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti; porque tus actos de justicia han sido manifestados.