¡Saúl y Jonatán, oh cuán amables y cuán hermosos eran en su vida, y en su muerte no fueron divididos! ¡Más ligeros eran que águilas, más fuertes que leones!
Porque dijo David en aquel día: Premiado será cualquiera que hiriere al Jebuseo, y penetrando dentro de la zanja, quitare a los cojos y ciegos, aborrecidos del alma de David; por cuanto los mismos cojos y ciegos seguían diciendo: ¡Él no podrá entrar acá dentro!